miércoles, 20 de octubre de 2010

Pensamiento lineal y pensamiento lateral en la visita guiada

El museo puede ser un lugar de esparcimiento y de conocimiento.
Es, de hecho, una muy buena herramienta pedagógica, y una de las formas más usuales para aprovechar su contenido es la visita guiada.
En el Museo de Antropología de Xalapa se exhiben alrededor de 1500 piezas que abarcan 30 siglos de arte e historia.
Una visita guiada clásica se apoya mucho en el pensamiento lineal, ya que en ella la información se presenta en una forma y con un orden determinado. La propia disposición del museo, una sucesión de salas como un largo corredor, iniciando por la cultura más antigua y culminando con la más cercana a nuestros días, facilita la comprensión del proceso evolutivo de las culturas prehispánicas. Sin embargo, hay otros aspectos que abordar, y otras formas de hacerlo.
En ciertos ámbitos el pensamiento lineal puede dificultar el pensamiento creativo, pero también un pensamiento que parte en direcciones distintas cada vez puede crear una terrible confusión. Por eso lo ideal es mantener ciertas actividades bajo el auspicio de un procedimiento predeterminado, sin que se cierre la posibilidad de emitir ideas fuera del patrón habitual.
Hay visitas en las que se aprovecha el pensamiento lateral, y se hacen justamente alterando la lógica de la presentación por periodos temporales.
A veces lo que es difícil es convencer a los maestros que acompañan a los grupos escolares de variar el tipo de visita.
Se puede, por supuesto, diseñar un recorrido diferente, por temas, y señalar las piezas relacionadas con cada tema. Esto lleva al mismo tiempo una lógica, que aunque distinta de la visita clásica también sigue una dirección y una progresión, pero permite ya nuevas asociaciones.
El tipo de visita que crea caminos alternativos en el conocimiento de los vestigios prehispánicos, es la que se hace interrogando a los visitantes. La idea es relacionar la vida cotidiana actual con el pasado, y convertir al visitante en guía a través de preguntas como “¿Tienes fotografías de tus abuelos? ¿Cómo son? ¿Sabes cómo hacían retratos los abuelos de los abuelos de los abuelos de hace 3000 años? ¿Cuáles de estas piezas te parecen retratos?”… Al final los visitantes han creado vínculos personales con las obras que ven, las recuerdan más fácilmente y las relacionan con su entorno.

El programa de actividades dominicales del MAX incluye una visita a las salas, la narración de un cuento o leyenda y una manualidad.
Muchas otras actividades se promueven en el museo para que el acercamiento al acervo resulte no solo atractivo, sino que el interés que suscite se prolongue fuera del recinto.


2 comentarios:

  1. Con esta entrada quiero completar el primer tema de la segunda unidad y dar respuesta a las preguntas que se plantean en el curso.

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  2. me encanta tu Blogger tu trabajo que realizas en el museo

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