sábado, 9 de octubre de 2010

El producto creativo

Lavoisier dijo que “La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”

Si extendemos  esta máxima de la química, las personas creativas son aquellas que han trasformado algo, puesto que nada pueden, propiamente hablando, crear.

Manuela Romo, una especialista española sobre el tema, en su libro Psicología de la creatividad, afirma que la creación debe implicar un producto porque crear es un verbo transitivo.

La creatividad se compone de potencial creativo (las personas creativas), proceso creativo (un conjunto de fases o pasos) y producto creativo. El producto creativo es independiente de su creador y puede ser transmitido. Un objeto o una idea que al ser transformados adquieren nuevas características, se convierten en producto creativo.

Para algunos teóricos, el producto creativo se define mediante dos criterios.

- La novedad Se refiere a que el producto supone una reformulación de un campo, ofrece nuevas perspectivas, incluso causa sorpresa.

- El valor Se refiere a que el producto resuelve un problema satisfactoriamente. Además puede generar actividad creadora adicional.

Estos criterios indican también que el producto debe ser juzgado creativo por los expertos en la materia y/o por sus beneficiarios.

Se piensa también que la creatividad es un proceso que culmina con la solución de un problema. Es decir que tiene un objetivo preciso.

Sin embargo muchos productos creativos son fruto de un error en la búsqueda de solución a un cierto problema. En el producto creativo puede intervenir una dosis de azar, en cuyo caso la creatividad requiere una visión amplia para  identificar que el producto es útil para otra cosa, así como la habilidad de repetir el proceso. Fue el caso, por ejemplo, del desarrollo del post-it, el papelito con adhesivo reposicionable, que se logró cuando se estaba buscando un pegamento de alta fijación.


Desde estos muy diversos puntos de vista, podemos decir que son productos creativos las cuevas que se usaron como viviendas y las puntas de obsidiana; el cinturón de seguridad y el exprimidor de limones; los redymade de Duchamp y los gigantescos edificios envueltos por Christo.

También lo son la cacerola que usamos de maceta y la receta en la que sustituimos pimienta por cardamomo. Sacudirnos la monotonía es ya una actitud creativa, el producto en este caso es sorprendernos en nuestro propio cotidiano. Y lo mismo se puede aplicar a la enseñanza.

http://www.educar-argentina.com.ar/JUL2005/educ90.htm

1 comentario:

  1. Hola Maliyel
    Me gusta mucho leer tus comentarios, vas muy bien con los temas del curso, la idea es recuperar todo lo que sabes sobre el tema de creatividad. Muy bien tus ideas.

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