martes, 26 de octubre de 2010

Inteligencias múltiples (2)

El museo es un ambiente de educación no formal a muchos niveles. Por una parte está el público,  los visitantes que vienen a veces en grupos y a veces en forma individual. Entre esos hay quienes se interesan en la colección permanente y quienes vienen a ver las exposiciones individuales. También están las actividades infantiles que se llevan a cabo según un programa particular los domingos.
Por otra parte, el museo participa en la formación de capital humano recibiendo becarios, tesistas y prestadores de servicio social. Anteriormente los estudiantes que de una u otra forma se integraban temporalmente al museo pertenecían al área de humanidades, primordialmente de las carreras de Arqueología, Antropología e Historia. Ocasionalmente algún alumno de Artes Plásticas o de Arquitectura se acercaba al área de restauración.
La formación con una perspectiva de inteligencias múltiples se empezó a dar en el museo de manera fortuita y empírica, antes de tener conocimiento de las bases teóricas de Gardner. Hace unos seis años, con el arranque del programa de actividades dominicales, se presentó la necesidad de contar con más prestadores de servicio social. Se amplió entonces la convocatoria y se invitó a alumnos de todas las facultades, e incluso de los bachilleratos técnicos, a participar como prestadores de servicio social. Enseguida se vio lo enriquecedor que era tener a jóvenes de distintas áreas, con distintas competencias y perspectivas.
Así se hicieron actividades en las que, por ejemplo, los participantes podían ver en las salas representaciones de serpientes y luego ejemplares vivos, con el apoyo del serpentario de la universidad. Se pudo abordar la colección desde un punto de vista estético o técnico, y no solo histórico. La narración de leyendas se volvió una práctica común en el programa dominical.
El éxito de estas asociaciones nos hizo buscar más. Se invitó a los estudiantes de música, danza y teatro a realizar prácticas en el museo, sin embargo ha sido difícil atraerlos porque ellos mismos o sus maestros no ven, a veces, cómo se puede relacionar un espacio de vestigios prehispánicos con sus respectivos quehaceres.
Ahora puedo darme cuenta de que en estas nuevas prácticas intervienen las inteligencias múltiples, que hay que saber identificarlas, desarrollarlas y tratar de complementarlas. 
En el entrenamiento de guías, por ejemplo, es evidente que hay que buscar la inteligencia interpersonal e intrapersonal, y no sólo dar a memorizar y repetir un montón de datos.
En el ejercicio de la museografía es muy útil la inteligencia espacial.
En la capacitación de restauradores sirve la inteligencia corporal-kinética.
Pero lo fundamental combinarlas, si no en una sola persona, en el grupo. Es decir, los grupos de trabajo más eficaces (y más satisfechos) son los grupos interdisciplinarios, y en aquellos en donde las diferentes inteligencias predominantes en cada quién se complementan.


1 comentario:

  1. Hola
    Me gustaron mucho tus comentarios, toda esta teoria de las inteligencias nos ayuda a comprender mejor a los demás, como tu bien apuntas, no todos tenemos todas las inteligencias desarrolladas, por eso la importancia de trabajar en equipo.

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